116 Dolelin de la Real Academia Gallega
intensificar su labor en lengua gallega, a la que se dedic? desde entonces
con el mayor vigor. En dicho a?o public? su libro Rumores de los pinos,
contentivo de poes?as en castellano y en gallego, en las que cifr? Pondal
su sentimentalismo delicadisimo y su armoniosa musicalidad. Las estrofas
escritas en gallego, particularmente, son de energia nerviosa en el l?xico,
poco igualada por otros poetas anteriores y sucesivos. De todas ellas, las
m?s c?lebres, las que han alcanzado mayor popularidad por su espont?
neidad, por su acento doliente y evocador, son las que integran A campa
na d'Anllons, que recoge la m?s rec?ndita palpitaci?n del amado y repo
sado Ponte Ceso.
La castiza y excelsa escritora D.l Emilia Pardo Bain, dice en sus
sabrosas cr?nicas De mi tierra, aprop?sito de esta composici?n: ?Pregunt?
a Pondal cierto (Ha en qu? condiciones habia compuesto su Campana. Me
dijo que, estando algo enamorado y siendo muy muchacho, se habia detenido
en un pinar de su parroquia a oir el toque del Angelus, al caer la tarde; y
puesto a pensar en cosas trist?s, de ahi naci? la inspiraci?n de su obra .`
maestra. Despu?s record? muchas veces esta explicaci?n sencilla, para en
tender por qu? La Campana es m?s simp?tica, m?s sentida y m?s inteli
gible para todo el mundo, que los otros versos (no inferiores algunos y
acaso superiores en originalidad todos), del buen bardo Gundar?.
Bien podr? suponerse, se?ores, c?mo hubo de brotar, exhalando per
fumes de atardecer, esa flor de matices l?ngu?dos, abierta a la hora del
Angelus en la inspiraci?n del bardo, cuando la violeta del poniente c?bre
el reguero de sangre que deja el gigante de oro en su agonia, y la campa
na reza con monotonia liana de canto gregoriano en el empinado c?lum
pio de la torre. Fu? entonces cuando atraido por los graves toques del
bronce, se agolparon a la memoria de Pondal los recuerdos de anta?o que
hacen sentir en hoga?o la nostalgia como un suspiro de tiernisimas sauda
des; el beso de la concepci?n;sell? en su fantasia la`forma del motivo, y
poniendo en ella el subjetivismo todo que le inflamaba, cincel? las estrc
fas de A Campana d'Anllons, cada una de las cuales son los bajorrelieves
de su pedestal de triunfo.
A Campana es el canto quejumbroso de un prisionero que desde su
encierro de Orin, recuerda sus amores y siente la morri?a por la patria,
por la madre y por los soutos de la terra berganti?ana, con su espeso pinar
de Tella y el sonoroso rio de Ponte Ceso; todo ello pre?ado en su mente;`
al rememorar la doliente voz de la campana de Anllons, escuchada en
noites de luar. En las notas de esta emotiva composici?n de Pondal, hay
tanta efusi?n lirica c mo en las sollozantes rimas de Rosal?a Castro, Adi?s
rlos, adi?s fontes, que lamentan el dolor incontenible e inconsolable de la