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$aletfn de la Real Academia Galtega 279
abruptos lugares por los restos o vestigios del castillo, que bien
pronto comprend? que di?ramos con ?l, al se?alarme el lugar del
castro en un elevado punto, por aquella parte inaccesible, relativa
mente cercano al monasterio, que muy por encima de ?l, hacia el
SO., aparec?a por completo coronado de enormes pe?ascos de gra
nito que resueltamente avanzaban, imponentes, sobre aquellas er
guidas y fant?sticas laderas. Y m?s me convenc? de que lo era, al
o?r de aquellas gentes que en uno de los pe?ascos que lo coronan
se le?an las palabras Leovigildus Rex. ?Cqmpr?ndase mi asombro!
No pudiendo ya en aquella tarde, eon el tiempo contado para
descender a la barca de San Cosmede, con la calma precisa visi
tarlo, encargu? a mi querido amigo D. Isa?as Fern?ndez, culto
maestro de San Esteban, que me mandase copia lo m?s exacta po
sible de la inscripci?n, como as? lo hizo; y me form? el prop?sito
decidido de volver con ese objeto en la primera ocasi?n que
pudiese.
A ?ltimos de este verano, en compa??a de mi querido amigo
y distinguido convecino D. Eduardo Farina, estuve de nuevo en
aquellos hermosos . lugares (1), con notas. ya m?s concretas de
aquella fortaleza, y guiado por dicho Sr. Fern?ndez, a quie? con
esta ocasi?n reitero mi' reconocimiento por sus atenciones, llegamos
hasta el castro, y efectivamente, aunque con su nombre propio en
absoluto perdido (2), all? estaba admirablement? emplazado, ofre
ciendo uno de los m?s sorprendentes panoramas de Galicia, el
Castellum Litorie. (Figura 1, Confieso, que de momento s?lo me
sedujo el espect?culo soberbio del paisaje y el espl?ndido panorama
que desde aquella elevada cumbre se contempl?, tan hermoso y di
latado que, apenas descubierto, pronto constituir? uno de los pun
tos obligados de turismo m?s importantes de Espa?a. (V?ase la
l?mina) .
Admirable balc?n desde el que se puede c?modamente estudiar
a vista de p?jaro toda la estructura arquitect?nica del monasterio
(1) Y volvi m?s tarde, acompa?ado del fot?grafo Sr. Gancelo, para
que ?l lograse lo que yo, como simple aficionado, no pudiese; y suyas
son, por mejores, las fotografias que en este trabajo se publican.
(2) Por Imds que hemos preguntado a los naturales de aquella co
marca, no nos fu? posible comprobar que el 'nombre perdurase, ni aun
en. la forma, evolucionada por leyes fon?ticas, de Lidoira, que en alg?n
lugar de nuestra tierra se conserva.