f y2 Eoletin de la.. Real Academia (allega
ne de Cavia; y as? el tomo en que est?n recogidas, es para m? tan
precioso como "Azotes y Galeras" que llev?, en su d?a, al egregio
aragon?s a la Espa?ola. Al llegar ahora el Sr. Aramburo a la Galle
ga, yo, recordando, con admiraci?n y gratitud, el entusiasmo con que
siempre se ocupa de nuestras cosas, y me inclino ante ?l y levanto mi
mano, en el m?s cordial de los saludos.
Cubano, igualmente, el Sr. Fuentes, pero tan ufano como el se
?or Aramburo, de la rancia prosapia castellana de su apellido, y tan
enamorado como aqu?l de Galicia, he aqu? que yo me congratulo en
alzarle sobre el pav?s y en mostr?roslo tal que el palad?n m?s esfor
zado que combatid nunca con la palabra y con las obras, por cuanto
signific? enaltecimiento de los intereses de Galicia y de'Espa?a en su
patria, Cuba.
Proverbial es el ardor de su verbo, que corre a rienda suelta, como
un corcel, ha^ia los aplausos. Pues bien, casi siempre esos aplausos
los ha ofrendado generosamente a Galicia ,o a Espa?a, porque casi
siempre ha galopado por ellas. Recordad sus ?xitos en los puestos de
confianza y de trabajo que desempe?? y desempe?a, aqu?, en este Cen
tro, en la Asociaci?n Iniciadora de esta Academia, en nuestra Ben?
fica y en el Casino Espa?ol, que se enaltece llam?ndole su Secretario.
Ved, pues, si con toda justicia merece el honor de sentarse entre nos
trr,s, honr?ndonos con ello.
Y all? est? el Sr. Z?s, gallego benem?rito, hombre de vasta cul
tura, de talento claro y profundo, escritor de apretada fibra, con
estilo personal?simo y gusto refinado. Los torneos literarios le vieron
vencer siempre que le vieron presentarse y luchar. Actualmente se
dispone a dar a la estampa, en colaboraci?n con el Sr. Beltr?n, la
Historia de Cuba, tan necesaria, tan esperada, tan vindicadora
Sea bienvenido a ocupar uno de estos sillones que le reclamaban hac?a
mucho tiempo.
?Y c?mo acercarse, sino con un fervor inmenso, a la figura del
Sr. Lago, que parece arrancada de uno de esos evocadores retratos
de ensotanados ilustres, que, all?, en Espa?a, son ornato de los glorio
sos paraninfos y de las viejas salas capitulares? Contempladle, y ved
en ?l como yo veo, la representaci?n viva y acusad?sima de nuestra
Filosof?a, de la genuina y casi desconocida Filosof?a espa?ola que an
tecedi? a Descartes en G?mez Pereira, a Loke en Francisco S?nchez,
en Sabunde a Espinosa, y a Condillac en Foxo Morcillo y en Do?a
Oliva Sabuco en Nantes (hoy est? aclarado que su libro "La Filosof?a
de la Naturaleza" no es obra suya, sino de su padre) ; que fu? ?rbol
frondos?simo y lleno de frutos en Luis Vives, monta?a en Raimundo