ti 382 ' ? BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA ,
otros poetas y literatos de su tiempo, si bien es 'de advertir ..'
una preferente atenci?n al m?s insigne de los novelistas. ,
El duque de Alba en su citado discurso dice del magnate
gallego que sus contempor?neos le pintan no s?lo como va
r?n de alta y esclarecida ' sangre, sino como 'favorecido de'
tantas dotes naturales que, nacido en cualquier parte 'Mi
diera ?l, por sus manos, fabricarse su misma fortuna. 'Nin
guna noticia p?blica ni privada le falt?. Resplandeci? en' la
' magnanimidad, en la constancia, en la sinceridad urbana,
porque era de gallardo entendimiento, buen niinistro, de re
levante consejo, entereza y virtud, y de religios? conciencia;
pr?ncipe de soberanas partes (M. ."de Novoa :?Historia de
Felipe II? ).
De su virreinato de N?poles, dice Raneo en . su obra so
bre los de aquel reino, . que : gobern? con mucha grandeza,
guardando m?cha justicia y mirando. siempre por el benefi
ci? de S. M. y su total servicio. (Publicada en la ?Colec ? ci?n . de Documentos In?ditos?).
? ~ ~ ~ 'Ya queda dicho "c?mo Cervantes mostr? reiteradamente '
su gratitud al magnate gallego.' Seg?n referencias del mar
' qu?s de Rafal, el conde, subven?a con una . pensi?n al' soste
nimiento del gran escritor, ;y por ello,. sin duda, consigna
en este sentido ;las frases bienhechor, : tomar a su cargo, ha
cerme merced, verdader? se?or. No sabemos en cu?nto con=
sist?a, pero bien. dice el ilustre Men?ndez y Pelayo :?algo ha
b?a de valer a juzgar por el' afectuoso agradecimiento con
que siempre habl? de ella Cervantes hasta en : su lecho de
" muerte, cuando ya era in?til la lisonja? .
No hemos de ocupar nuestra atenci?n y la de l?s lecto
res ?recordando cu?nto signific? el conde de Lemos como po
l?tico y diplom?tico. En 1610 confi? Felipe III a nuestro
ilustre conterr?neo la capitan?a general y virreinato de N?
poles. Don Pedro Fern?ndez de Castro, conde de Lemos,
marqu?s de Sarriw y grande de Espatia; presidente del Con
sejo de Indias honr? el cargo .y se honr? a s? mismo, man
teniendo a la vez los prestigios logrados por su padre y
,antecesor en tal funci?n diplom?tica, don Fernando Ruiz de
Castro, conde de . Lem?s, de Andrade, de ` Villalba, marqu?s
de Sarria y virrey de N?poles por Felipe II; y don Pedro
Fern?ndez de Castro d'i? ejemplo de dignidad y decoro ''?
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