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"TIENE RAZON LA A. 1. P. DE LA R. ACADEMIA GALLEGA"
Si gran honor 1u? para el . Centro uanego honrar la memoria del Dante
(y lo tu? en alto grado), el mantener y fomentar la admiraci?n de sus
miembros hacia las granees figuras que dieron alas de gloria a la poetica y
heroica regi?n galaica, m?s que un honor es un aeoer sagrado. Y lo es, por
que un sano regionalismo, un acendrado afecto a la patria chica, sostiene
encendido el fuego del cari?o hacia los que pasaron la vida legando honroso
patrimonio; lo es tambi?n por el ?ntimo enlace que existe entre los caros
sentimientos de familia y de amistad y el verdadero concepto de patriotismo
en su aceptaci?n m?s dilatada. Quien siente el cari?o de su hogar sentir?
igualmente afecto a sus conciudadanos; quien ama la tierra y la sociedad que
le sirvieron de cuna y protecci?n, sabr? respetar an?logos sentimientos en
sus semejantes, sea cual sea la naci?n a que pertenezca.
El Centro Gallego, como la dem?s sociedades regionales, tiene dos mi
. siones que desempe?ar: extender su mano poderosa, sus recursos educacio
nales, sanitarios y recreativos a. sus asociados y convivir dignamente con los
dem?s elementos de la naci?n en cuyo ,seno vive y se desenvuelve prodigio
samente. ?C?mo, pues, hacer caso omiso de las grandezas labradas a trav?s
los tiempos por los ilustres hijos de la regi?n gallega? Fomentar santos
amores hacia la patria chica, es uno de sus deberes primordiales. Tanto m?s,
cuanto m?s fecunda es la misma patria en santos y en sabios, en poetas y en
artistas, en hombres de ciencia y en h?roes legendarios.
No creemos que el Centro Gallego tenga completamente olvidada a la
Asociaci?n Protectora de la Academia; ni eso implica tampoco la amorosa
queja de sus abnegados sostenedores. Pero si juzgamos que en los salones
espl?ndidos de la floreciente sociedad pudiera darse mayor auge al recuerdo
y admiraci?n de las glorias regionales. Pudiera y debe darse, haciendo abs
tracci?n absoluta de las peque?eces y personalismos que todo lo malogran..
No . se trata de aquilatar los m?ritos de este o aquel vocal de la Academia ?
, que en Coru?a labora por el bien de Galicia, no; se trata de la causa mi:tma
que esa Academia simboliza y defiende. Y esa causa, el engrandecimiento de
la patria chica, es digno de nuestros sacrificios. Honrar a quienes nos hon
raron, es honrarn?s a nosotros mismos. Recordar los m?ritos de nuestros
antepasados, es defender nuestro patrimonio y. alentarnos para las Iuchas de
la vida. Y ?qui?n duda que Galicia tiene en su historia excelsas figuras, me
' recedoras de admiraci?n y de aplauso? S?lo en sus mujeres, es grande entre
las grandes. Y ?acaso las gallegas que Cuba emigran no son hijas y here
deras de las virtudes de aquellas nobles matronas que se llamaron Mar?a
Pita y Rosal?a de Castro, Concepci?n Arenal y Emilia Pardo Baz?n? ?Por
qu?, pues, no las amparamos, no las, instruimos, no les hacemos conocer y
amar los timbres de honra y de fama que sus mayores conquistaron? Cu?nto
m?s hermoso ser?a, en sustituci?n de los indignos bailes de Carnaval y de las
no menos peligrosas "jiras", organizar tres o cuatro veces al a?o jornadas
hist?ricas y literarias, llenas de luz espiritual y de ?ntima poes?a,' en los
amplios salones del Centro, para que propios y extra?os aprendieran de
cerca cuanto vale la patria de Feij?o y M?ndez N??ez? Con ello no medrar?an
los "primos", ni se corromper?an las conciencias; con ello no se ver?a arras
trado el pabell?n azul y blanco, ni habr?a motivo de sonrojo. Con ello se ele