I2 BOLETIN DE LA ACADEMIA GALLEGA
algunos datos de tan importante y famoso establecimiento. Des
pu?s, en. el tomo siguiente de la misma obra, el propio religioso
reproduce ?ntegro aquel inapreciable c?dice, escrito en la primera
mitad del siglo xi' por disposici?n del Prelado de la di?cesis, don
Diego Gelm?rez,, y all? aparecen los m?s esenciales antecedentes
relacionados con la mencionada zeca (1).
Compl?tanse estas noticias con las inclu?das en los docum.entos
inserlos en los tumbos A y B de la catedral de Compostela, mu
chos de cuyos docunientos fueron publicados ?ntegramente por L?
pez Ferreiro en su magna Histori,a de la Iglesia de Santiago.
Este ilustrc cronista, al dar cuenta de dichas escrituras, no lo
hace .eon fines numism?ticos, sino con los de ilustrar, en uni?n de ?
otras dc privilegios y donaciones, las vidas de prelados de aquellos
tiempos, que por su eelo, saber y virtudes, han regido con gloria
la di?cesis composielana. Sin embargo, se deti rte a comentar y
a ampliar con inleresantes notas, algunos de los citados instrumen
tos, aportando de este modo, nuevos y util?.simos datos para el es
tudio de la f?brica de moneda de que se trata.
A los referidos lextos, principalmente, tendr?n, pues, que re
currir quienes pretendan enterarse de la parte m?s transcendental
? de la historia y de las vicisitudes porque pas? esta antigua y re
nombrada casa monetaria.
Dos puntos principales, quc todav?a no haiz sido debidamente
tratados, habr? que aclarar en este estudio.
Refi?rese uno de ellos a la intcrpretaci?n quc debe darse al
privilegio concedido a Gelm?rez por Alfonso VI en cuanto a la
facultad de poder labrar moneda la Iglesia de Santiago, y el otro
contr?ese a la fecha en que empez? a funcionar el taller de acu
?aci?n.
Respecto al pr?ncro, es undnimc la afirinaci?n de los numis
matas, de que aquel monarca concedi? al Prelado y Cabildo com
(1) La Historic Coinpostelana, in?dita hasta el oho 1765 en que
FL?REZ la public?, fu? hace alg?n liempo, y por primera vez, traducida
al castellano, e inserta en la revista de Santiago El Eco Franciscaano, vo
l?menes correspondientes a los altos 19251929. No consta en la revista
el nombre del traductor, pero es justo consignar que tan merit?simo Ira
bajo d?bese a Fr. Manuel Su?rez, bibliotecario del convento de San Fran
cisco de la citada Ciudad.