278 bolet?n de la Real Academia Gallega
al Conde D. Bermudo P?rez de Traba. Esto di? lugar ? una serie de
cuestiones entre el Prelado ylos Se?ores de la Casa de Traba, pues todos
se disputaban con empe?o la propiedad del estrat?gico edificio. Por fin
pudo recuperarlo el Arzobispo, y en 1126 lo. permut? con Alfonso VII
por la tierra de Tabeir?s. El monarca hizo cesi?n de ?l al Conde D. Ro
drigo P?rez de Traba, hermano de D. Bermudo, quien, cuatro a?os m?s
tarde, lo reintegr? de nuevo a la Mitra, seg?n todo consta, con mayores
detalles, en la Historia Compostelana, que es la obra en donde est?n.reco
gidas todas estas noticias.
De lo expuesto se deduce, que' el principal inter?s de Gelm?rez, es
taba en poseer el castillo del Faro, o sea, la Torre de H?rcules; sin que
aparezca nada que con certeza permita afirmar que a la propiedad de di
cho castillo hab?a de ir unida la de la poblaci?n. S?lo por algunos indi
cios pudiera sospecharse que las pretensiones del Prelado se extend?an
tambi?n sobre la ciudad, pero como la Compostelana se expresa confusa
mente en este punto y otros documentos no se conocen, no pueden esta
blecerse conclusiones definitivas. Mas, que nuestra capital continu? sin
interrupci?n siendo una posesi?n realenga, lo confirma por completo el
vulgarmente llamado Foro dos Cregos, que es un privilegio de exenci?n
expedido en 118o por D. Fernando II a favor de los cl?rigos establecidos
en el Concejo de la Coru?a, su alfoz y t?rmino, de cuyo privilegio ekis ;,)
te una copia, romanceada, en el archivo del Ayuntamiento, y es la que
publica Vedia en el ap?ndice n?mero 4 de su citado libro.
Resulta, pues, que el dominio efectivo y absoluto que ejerci? la Mi
tra sobre esta ciudad, se reduce a poco m?s de los 28 a?os que median
entre los privilegios de D. Bermudo II y D. Alfonso V (9911o19). Es,
por lo tanto, inadmisible, el que, ni por imposici?n de la Iglesia de San
tiago, ni en memoria del vasallaje que la Coru?a le rindi? durante tan
corto y lejano tiempo (lo cual ser?a depresivo), figuren las veneras en el
escudo local. Y como otros motivos no se indican, no hay, por ahora,
posibilidad de saber como dichas piezas her?ldicas vinieron a formar parte
del repetido blas?n.
En lo que no hay duda, es; en que desde ?pocas muy antiguas, fu?
considerada la concha como parte esencial del escudo de nuestro pueblo,
caso que no fuese, como parece, su emblema primitivo y ?nico.
Ya en la primera mitad del siglo xiii la encontramos como distintivo
de la f?brica de moneda de la Coru?a en las mandadas acu?ar por el Rey
D. Fernando III el Santo (i), y como tal marca de f?brica, continu? sin
(I) MANUEL CHAVES Y JIM?NEZ. Doscientas cuatro monedas de Fernando IIL Tomo VIII
de las publicaciones del Congreso de Sevilla para el progreso de las Ciencias, celebrad