iio Bolet?n de la Real Academia Gallega,
entre los s?mbolos de los Evangelistas, de los cuales se ven clara
mente en la parte inferior el toro de San Lucas y el le?n de San
Marcos, la figura de Jesucristo, imponente, en el centro, mostrando
con los brazos abiertos (como en el P?rtico de la Gloria, de Santia
go) las llagas de las manos, y conteniendo delante de s?, en tama?io
relativamente peque?o, una cruz con su propia figura crucificada,
como mostrando a la Humanidad el simbolo de la Redenci?n, para
indicar que por el sufrimiento sobreviene la purificaci?n y, por
consiguiente, la santidad; tiene esta cruz cuatro clavos, como todas
las anteriores al siglo xiv, lo que unido a la composici?n, tan fre
cuente en las cubiertas de los evangelarios y en las portadas rom?
nicas, de ?ltimos del siglo xir, sobre todo, da (de una manera provi
sional) la ?poca aproximada a que probablemente pertenecen;
todo esto, en tanto no se descubren con todo cuidado las que per
manecen ocultas y no se analizan detenidamente (incluso apartan
do de momento el retablo, si hace falta) las que existen ya descu
biertas. *
Otras cosas, m?s o menos interesantes, conserva esta iglesia.
(convertida en pequefio museo) dignas de estudio, como son, por
ejemplo, algunas im?genes, entre ellas, las del Santo Cristo y de la
Virgen, cuya antig?edad y devoci?n que en la comarca inspiraban,
sefiala con insistencia el P. Yepes, diciendo de 11a imagen de la Vir
gen que tenia un ?rostro alegre y hermoso? ; un magnifico frontal
de cuero de C?rdoba (en la capilla del Cristo) ; una repisa del an
tiguo coro alto, (figura 13. a, a) que en parte recuerda los t?picos
modillones moz?rabes; el mismo retablo de la capilla central, no
exento de m?rito; la pila de bautizar, con interesantes arquitos de
herradura (que la ?infidelidad? de una fotograf?a nos impide re
producir) ; la propia armadura de la cubierta, con una viga o trabe
que cruza por encima de los arcos de las capillas, y una l?pida se
pulcral, toscamente esculpida con estatua yacente, mano al pecho,
que se conserva en el muro del atrio. Todo ello merecedor de es
tudio m?s detenido, que de momento no hacemos (como dejamos
? para otra ocasi?n el ?emplazamiento? y significaci?n de estos mo
numentos dentro de los prerom?nicos conocidos en Galicia) por no
alargar m?s este trabajo, hecho con intenci?n, tan s?lo, de infor
mar a la Academia, de la importancia arquitect?nica de estas inte
resantes iglesias. ANGEL DEL CASTILLO.
La Coruna, 18 de Octubre de 1928.
Fotografias, pianos y dibujos del autor.