BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 373
Aqu? debiera finalizar este modesto estudio, aludiendo a;
cuanto ya, se ha propalado por otras plumas mejor cortadas,
si no crey?semos que la obra quedar?a truncada en la expre
si?n de su t?tulo, si no nos detuvi?semos a relatar lo que
signific? la personalidad y la vida del conde de`?Lemos en
relaci?n con Cervantes, con Galicia y con las .letras 'patrias.
El ilustre secretario general perpetuo del Instituto de Es ,
paria, el erudito Armando Cotarelo, tan encari?ado con nues
tra tierra gallega, nos dec?a, en una 'amable: ep?stola, quede
,estudios especiales publicados acerca de don Pedro Fern?n
dez de Castro; c??ebre conde de Lemos, no s? que haya m?s~
de un op?sculo de don Jos? Mar?a Asensio y Toledo y un li
' bro del conde de Rafal, ambos interesantes, pero inferiores a
lo que aquel insigne magnate merece.
En el breve op?sculo de. Asensio titulado ? El Conde de
Lemos, protector de Cervantes? (Madrid, 1880), se contienen `
noticias interesantes del noble gallego: Muerto en el a?o
1601 don . Fernando Ruiz de Castro, sexto conde de Lemos,
sucedi?le en el t?tuloo y estado su progenitor el' marqu?s' de
Sarria: Se le confiri? la presidencia del Consejo de ;Indias,
cuando apenas contaba veinticinco a?os.,Y Asensio a?ade:
?Personaje, de tan altas prendas, que en tan temprana edad
era propuesto ..como digno de los m?s elevados cargos, y'
que andando el tiempo fu? uno de los pocos que tendiera al
gran Miguel d? Cervantes una m?no que le sacaba 'de la mi
seria 'y del abatimiento, haci?ndos? por estos rasgos de su
noble .coraz?n tan simp?tico a la posteridad, como admira
ble por sus dem?s merecimientos?.
El conde con su esposa se march? a Galicia a mediados
del a?o 1607; se estableci? en su pueblo de Monforte, y 1? .
jos del movimiento cortesano, se entreg? de lleno a sus es
tudios y'aficione;s. All?, al lado de su esposa, en el retiro del
hogar, rodeado de las bellezas naturales, debi? escribir mu,'
chas poes?as; que, como dice un autor, ?el 'sosi?go, el lugar
' apacible, la amenidad . de . los campos, el murmurar de las
fuentes, la serenidad de los cielos, son grande,parte para que
las musas m?s estg,riles se muestren fecundas?. ?Pocas com
posicion?;s po?ticas del conde de Lemos se han salvado del
olvido y solamente podremos dar cabida ?dice el citado
Asensio= a dos que se conservan en la Biblioteca Nacional,
r ? .