160 jolet?n de la 11eal )'cademia Gallega
das y en las que, salvo contadas excepciones, pocos se hab?an ocupado
.
?tumbrado el oido y acusar falta de armon?a?.
Tambi?n las sentidas y delicadas p?ginas a ella consagradas en
Los Precursores, sorpresa reservada por su esposo, ni aun supo siquiera
que se hubieran escrito. ?Nada hubiera sido m?s grato a su coraz?n que
su lectural
XXI V
Dios se compadeci? de aquella alma eternamente atribulada, y la
muerte fu? piadosa, una vez siquiera, poniendo t?rmino a las penas y
amarguras de aquella santa, simbolo de la fuerte, tierna y abnegada
mujer gallega, toda sacrificios, y si Rosalia muri? para la vida mater
nal, resucit? a la vida del esp?ritu, llevando tras de su f?retro las mejo
res oraciones que pueden acompa?ar a las almas en su misterioso
viaje por lo desconocido: las l?grimas y bendiciones de todo un pueblo.
X X V
?En verdad que la Providencia al Ilamar a Si a nuestra eleg?aca
?por antonomasia, la ahorr? un dolor intensisimo, que desgarrar?a aun
?m?s su coraz?n amante: la muerte de su hijo Ovidio, pintor de por
?venir brillante Si el dolor se halla en proporci?n con la delicadeza
?y sensibilidad de las almas que sufren, decidme: ?,cu?nto no sufrir?a
?Rosal?a de Castro, de coraz?n tan sensible que lloraba amargamente
?ante las desdichas y dolores ajenos, y de complexi?n tan delicada que
?el simple cambio de las estaciones sol?an costarle una enfermedad, si,
?viese morir en capullo a su hijo, heredero de su inspiraci?n y ta
?lento?? (1).
Pero si a su alma, morada del dolor y el sufrimiento, no Ileg? esta
nueva y cruenta herida, la desdicha persigui?la hasta en su tumba.
Cuando la traslaci?n de sus restos desde Padr?n al mausoleo de
Santo Domingo (25 de Mayo de 1891), hubo cierta oposici?n para que
pudiera pronunciarse la oraci?n f?nebre encomendada a una ilustre
personalidad del Cabildo Compostelano. Al ser discutido en el seno de
?ste si deb?a o no autorizarse, acord?se que no se hiciera, a pesar de
que un prebendado, confesor de Rosal?a, hizo presente que ?l, como su
director espiritual, podia afirmar que la poetisa era una santa.
?
(I) JAVIER VAUS FAILDE: Rosalia de Castro, p?ginas 9 y 40, Madrid, I906.
?