196 BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
como ya dejamos dicho, entre la de j unio de ese a?o, en el cam
po de la Figuera, y la de 6 de octubre, en Toledo. Podemos, pues,
seg?n lo que vemos ahora y`hemos visto antes, trazar el itinera
rio de Enrique 4.? ' desde fines de abril siguiendo esta orden:
Mucientes, Caceres; Badajoz, campo de la Figuera, Valladolid
y Toledo.
REGRFSO'Y NUEVA SALIDA' DEL ARZOBISPO
A fines de septiembre o principios de octubre ` le '1458 el' arz
obispo ya hab?a retornado a Galicia, de vuelta de aquella ex
pedici?n guerrera anunciada por Enrique ? con tanto aparato
y conclu?da con tan insignificantes ventajas como consta (23)
por documentos firmados por el en Pontevedra a 7 y a 13 de
octubre y, probablemente, tambi?n a 23 de septiembre de 1458.
Sin embargo, no le fu? posible entrar en Santiago; porque, a
pesar de todo el empe?o'que: el Rey hab?a mostrado en las cartas
?nteriormente citadas, sobre ` todo en las dos ?ltimas, para que
no se prestase apoyo a los invasores de la ciudad y obedecies?n
al arzobispo, el hecho es que, todav?a en 31 de octubre, ' D. Ro
drigo de Luna en Pontevedra hizo p?blica y solemne protesta (24)
ante el notario J?come Gonzalez de que, durante su ausencia
por haber acudido al llamamient? del Rey para la guerra de
Granada, ciertos caballeros, vasallos y feudatarios' de la iglesia
compostelana, pospuestos sus compromisos y obligaciones, "con
mano , armada entraron : en la ciuciad de Santiago e invadieron
nuestra iglesia e lo tienen todo o?upado e usurpado e sovertie
ron el pueblo... en tal manera que estamos despojado e expulso
dello e de la jurisdicci?n e sennorio que a nos e a nuestra Ygle
sia pertenesce"...; y, por ello se ve precisado a "convocar el auxi
lio e sufragio de nuestros parientes e amigos que sean ombres
poderosos". Y a?ade que todo esto le es necesario para poder
"auer e cobrar para nuestros sucesores la dicha ciudad de San
tiago e villas de Noya e Muros e las otras villas e logares"... Es
tos hombres poderosos a que se alude, sin duda que eran, entre
'otros, los condes de Lemos y de Benavente, a quienes envi? emi
(23) L. F.: Historia..., p. 226 y 228; D. Rodrigo..., p. 42.
(24) L. F.: Historia..., p. 227 y ap?ndice 32, p. 116..