396 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
Rodr?guez del Padr?n, Fr.' Jer?nimo Berm?dez, Trillo de Figueroa,
el fil?sofo S?nchez, ` Feij?o, Sarmiento y otros, ven?an a probar lo
dicho: que se trataba de un cuerpo enfermo.'
Traigo todo esto a cuento de que es t?pico entre los que nos
estudian, el achacar tal decaimiento al rigorismo ? unitario de los
Reyes Cat?licos y a' la: actuaci?n del Santo Tribunal.
No y mil veces no. Si entonces nada se produjo fu? porque
nada ten?amos que producir. Algunos miopes ver?n en esta mi
afirmaci?n una intenci?n subversiva y af?n demoledor de nuestra
racialidad. Sea as?, en buenhora, con tal de que yo no contribuya
a propalar esas ideas, si 'generosas, muy tontas, porque arrastran
consigo dos vicios: la ignorancia y la fatuidad.
Dije que el resurgimiento gallego " nos lo trajo la generaci?n
del 40, pues aunque se destacaron algunos escritores con anterio
ridad' a esta fecha, por ejemplo, el c?lebre sacerdote Manuel Par
do de Andrade, (1) que tan descaradamente atac?a la Inquisici?n,
no bastan para dar car?cter al movimiento.
Pero, si entonces naci?, no empez? a producir sus frutos has
ta ' bien entrados los mediados del siglo. Galicia, la regi?n in?dita
durante los tres o cuatro siglos precedentes, al darse cuenta de que
en sus entra?as germinaba una vida nueva, busc? quien la ayudase
y comenz? por agrupar a Ios escritores y a los redentores de su
esclavitud literaria, hist?rica y agron?mica. Para vivir plenamente,
quiso antes conocer su abolengo historial, y aparecen las prime
de Pad?n y Vioetto, que difunden entre mil f?bulas e inexactitudes,
el amor a todo lo gallego y lo con Galicia relacionado.
En el cap?tulo anterior hice notar c?mo el uso del gallego en
las producciones intelectuales, al menos en la capital coruflesa,
no deb?a ser muy extendido, cuando al mismo La Iglesia le insta
ban a que se expresase en castellano, para que sus obras tuvie
sen m?s ambiente.
Era esto una contribuci?n al decaimiento 'de esp?ritu que nos
hab?a dominado, especie de estupefacci?n hist?rica, que s?lo pre
cis? de cuatro valientes de coraz?n .arrostrador para derribarla, y
advertir a los autores gallegos que nuestra habla regional no . se
(1) ANDR?S MART?NEZ SALAZAR, benem?rito fundador de la Biblioteca
Gallega, hace de este personaje una cumplida semblanza, en pr?logo que es
cribi? para el tomo I, de Los guerrilleros gallegos de 1809. La Coru?a, 1892.